Hay temas que aparecen en
la agenda social de nuestros días como novedosos. El debate instalado en
nuestra Nación sobre la denominada “justicia por propia mano”. Amplificado por
algunos medios de comunicación y ciertos dirigentes políticos que llegan a
justificar el denominado “linchamiento” por parte de la turba.
Sin embargo estas
discusiones ya se planteaban en el mundo griego. En uno de los diálogos que
Platón refleja de Sócrates con su amigo Critón habla sobre la justicia (dike)
y la injusticia (adikia). Su amigo le propone financiar su escape de la
prisión rehusando la oferta y aceptando la condena a muerte que le va imponer
el tribunal.
El argumento fundamental de Sócrates es que no se debe responder
a una injusticia con otra injusticia. Nada lo justifica ni siquiera ser victima
de un mal o de una injusticia. Al cometerla la persona atenta contra sí mismo.
La delegación que toda
persona hace al estado para organizarse se transforma en ley. Son las leyes los
acuerdos sociales para convivir. Aun cuando la situación particular nos parezca
de gran gravedad, no habilita ignorarla y actuar por modus propio.
Miguel Tanos